martes, 22 de febrero de 2011

Feria de Libertador, cine venezolano y otros condimentos

La Alcaldía de Libertador llevó a cabo una verdadera fiesta del libro en los espacios de Los Caobos y la Plaza de los Museos. Entre libros, foros y música fue un placer reencontrarse, con amigos como el poeta Juan Calzadilla, los narradores Gabriel Jiménez Emán, Wilfredo Machado, Orlando Chirinos, Armando José Sequera y mucha gente más, conocimos a la ganadora del Premio del Alba de novela, bastante reciente, Sol Linares, excelente narradora trujillana, leímos a Julio Borromé con su ensayo sobre la promoción a la lectura, titulado: “Escritos desde el monasterio”, delicioso texto pleno de referencialidad. Había movimiento y entusiasmo que ponen en evidencia la energía creativa de Freddy Yañez, Inés Ruiz y todo el equipo de FUNDARTE, el concierto de Calle 13 y Buena fé convocado en el espacio gratísimo del Parque fue uno de los aciertos principales del evento. Armando José Sequera intentó convencerme de que conocía a las golondrinas por sus gestos en día en que intentan emprender el vuelo por primera vez.
El desparpajo, las ganas de decir, la música vibrante y esplendida y esa riqueza de la palabra en el relato, en la construcción de la historia nueva, flotaba en el ambiente. Vimos en el nuevo lanzamiento del Fondo Editorial de Fundarte Cuentos de última noche de Esmeralda Torres, escritora del Oriente venezolano, descubrimos un libro nuevo de Luis Alberto Crespo: Sé. “cuídame de la razón cuando me crea viajero del mundo siguiente”. Conseguimos las crónicas de José Roberto Duque “Del 11 al 13, testimonios y grandes historias mínimas de abril de 2002” y el ensayo de Monsonyi y Bracho:”El rescate de la sabiduría indígena ancestral como aporte a un mundo nuevo”. La lluvia de vez en cuando se hacía sentir en una garuita que tomaba cuerpo y después amainaba, como respetando el entusiasmo general.
Otros motivos de alegría por estos días tienen su referencia en la ola de aplausos que está levantando el cine venezolano, pienso que nunca antes tuvimos salas llenas, tan llenas como para que se agotaran las entradas por varios días, con relación a películas nuestras. Eso está ocurriendo en distintas ciudades del país con películas como la conmovedora “Hermano” de Raskin, acerca de quien ya hemos hecho referencia, la “Eva Habana” de la reconocida Fina Torres, esperamos ahora “Taita Boves” de Luis Alberto Lamata, la que seguramente tendrá mucha acogida en las salas nacionales, por su estupenda factura y ya disfrutamos de “Cheila, una casa pa Maita”, película que aborda un tema interesante , bien actuada y con un guión interesante. Cine financiado por el CNAC (Centro Nacional de Cinematografia) y la Villa del Cine. Apúrense porque las colas en las salas son cada vez más largas y las entradas se terminan.
La identificación del venezolano con su cine y su literatura de un modo más eficaz y emotivo me ha llevado a pensar en una escritora nigeriana, Chimamanda Adichié, cuya conferencia titulada El peligro de una sola historia, está circulando en internet con una rapidez inusitada, en la cual de un modo muy sencillo ella explica lo referente al descubrirse diferente frente al discurso hegemónico del invasor en el ejercicio mismo del poder. Su análisis es esplendido, didáctico y de una sinceridad espeluznante, búsquenla. Simultáneamente la escritora sitúa en la literatura la validación de una circunstancia, que manteniendo la dualidad entre realidad y ficción o creación, se convierte en un acto de “devolver” al otro lo esencial de su circunstancia, con más claridad que un espejo.
La Venezuela de hoy en el espacio de su singularidad y metamorfosis puede encontrar en la Literatura y el Cine soportes válidos de la experiencia de conocernos.
Y hasta dentro de 15 días.
Laura Antillano

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