viernes, 5 de agosto de 2011

Un nuevo libro para los niños de Venezuela

Leer a la orilla del cielo

Leer a la orilla del cielo
Antología de cuentos venezolanos para niños











Presentación


Una antología de cuentos de autores venezolanos dirigida a los niños nos coloca en situación de elegir entre una gran cantidad de textos que se han venido escribiendo desde la constitución misma de Venezuela como nación y que obedecen a distintos modos de mirar y sentir el entorno y dirigirse a los niños, según la época y las corrientes sociales.
Hemos pensado en esta selección tomando en cuenta, los tópicos que por naturaleza son del agrado de los y las niñas y niños lectores, como dibujo de circunstancias, sentimientos y emociones, propios de su percepción de la realidad , las barreras del tiempo y los diversos usos del lenguaje que les corresponden enriquecen el conjunto, para recordarnos la universalidad del concepto del niño y la niña, como seres dispuestos a asombrarse frente a todo, y mantener una disposición natural a la esperanza y la curiosidad.
Si bien consideramos que la literatura se define por su tratamiento a través del lenguaje, y en el caso específico de la narrativa tendría que ver con el “hábil manejo de las secuencias de tiempo y espacio, que permita la comprensión de la historia”(…)la adecuada creación de personajes, pues es necesario que, aún cuando estos sean animales, seres humanos o fantásticos, transmitan fuerza y vitalidad, que estén bien definidos con características propias, se relacionen entre sí y evolucionen a través del desarrollo de la obra”(…) “y es de esperarse una acertada creación del ambiente o del mundo donde se desenvuelven estos personajes ,pues así sea real o fantástico, debe poseer una coherencia o lógica interna, que lo haga verosímil y convincente para el lector”(Maggi María Elena (1989)p.9).
Iniciamos nuestro comentario a partir de la organización de estos cuentos por tópicos y tratamiento. Comencemos por lo fantasioso en esta antología.
Veremos que la presencia de Los tropitrolls de Marissa Arroyal, se compagina con la animación de la fauna promovida en nuestras tradiciones por Tío Tigre y Tío Conejo ( en el cuento de Ada Pérez Guevara), puesta en práctica también en Manzanita y su multiplicidad de frutas parlantes en el cuento de Don Julio Garmendia; se descubre también en las gallinas: la una voladora en el cuento de Antonio Trujillo, la otra fantasma, en el de Mercedes Franco, las frutas de Rosario Anzola en Cóctel de frutas, la Madre Naturaleza del cuento El Tapiz de Fanny Uzcátegui, en el de la diosa Uribí, madre de las palabras, del relato de María del Pilar Quintero; la sirenita de Armando José Sequera, o el grillo banquero del cuento de Velía Bosch, Colorín Colorado., de modo lírico el pájaro Cantaclaro, también creado por la naturaleza para combinar la perfección del canto con humildad y bondad en el relato de Carmen Delia Bencomo, Jimmy el muñeco, abierto al diálogo en el cuento de Teresa de la Parra: La señorita grano de polvo, o el hombre que hace y vende almohadas de distintos materiales que llevan a vivir distintos sueños, y terminan por darle fin a la guerra al lograr poner a soñar a todos sus soldados, en el cuento de Antonio Castro Avellaneda. Todas están narraciones nos hacen disfrutar de personajes mágicos que construyen mitos hablando de sus hazañas, y colocando el pie sobre la superficie terrestre solo para recordarnos la conciencia de lo real a los lectores.
La segunda cantera se refiere a otro modo de vivir la imaginación; la que nos llega por los sueños y las ilusiones sin necesidad de dimensionarse en personajes animados o fantásticos.
De esa circunstancia nacen cuentos como: Mi madre en un pueblito de recuerdos, en donde el poeta Aquiles Nazoa, enaltece la figura materna y la imagina subida al “elefante del libro Mantilla”. O la noticia del encuentro, por primera vez entre el caballo y el niño, como arquetipos, en el bello relato de Orlando Araujo. También incluiríamos allí el afán de la niña por besar a un sapo buscando a un príncipe, en el cuento de Mireya Tábuas o aquel en el cual la niña Corazón de Arepa se convierte literalmente en un corazón de arepa y descubre a Pedazo de Pan para casarse. Por último la ensoñación que transforma la realidad en El Barco Pirata de Jesús Urdaneta, donde los niños construyen su barco a través del juego y viven la aventura a cabalidad
En un tercer grupo están los cuentos nacidos del entorno, donde la ternura y la aventura surgen de una crónica compaginada en lo real, como Magnolia de Silvia Dioverti, en el que descubrimos la vida de una perrita bombera, o De cómo Panchito Mandefuá cenó con el niño Jesús, de José Rafael Pocaterra, que relata la Navidad de un niño de la calle, como cualquiera de los que hemos visto en el abandono y el olvido, el cuento “Había una vez una mamá” de María Luisa Lázaro, en el que la madre malhumorada y regañona descubre a través de su sueño que fue ella misma una niña, agobiada por una madre parecida a la que ahora personifica. O la historia de Estelita y su mamá, en el cuento de Fedosy Santaella, en la cual la realidad del divorcio trastoca el orden armónico del mundo; la historia de Fernando y su aprendizaje ante el mar como un gran juguete, en el cuento de Luiz Carlos Neves., donde se destaca el sentimiento de la amistad y la colaboración, igual que en el cuento de Cósimo Mandrillo, el recuerdo del abuelo es un ejemplo a seguir y los detalles de la mirada desde la visión del emigrante, como el abuelo Capitán descrito por Javier Sarabia en su relato. Y por último también en este grupo de relatos de paisaje real, El aquelarre de señora Muelas y la señora Morcilla, cuento de Laura Antillano, en el cual una niña descubre el derecho a la diferencia.
Pensamos, como lo señala la escritora Mercedes Franco (2006), que: “ Los libros que los niños más aprecian y que tienen un éxito intemporal, son libros escritos sin intencionalidad, sin estar “dirigidos” a ningún tipo de público”: Tenemos aquí cuentos de la fantasía y del mundo real, cuentos de ámbito rural y cuentos urbanos, cuentos devenidos de la leyenda y el mito y cuentos de corte humano y situacional.
Los autores que hemos seleccionado han escrito en el siglo XX y el XXI. Son por tanto contemporáneos. Estilos y enfoques son, sin embargo, muy variados. En algunos de ellos es primordial el lirismo, en otros lo es el humor; en la mayoría el cuento puede tener una lectura para el adulto y otra para el niño, lo que señala la riqueza posible del texto.
Ësta es, insistimos en ello, una selección entre muchos autores, si ampliamos el espectro muchos más podrían ser incluidos en una visión totalizadora de lo que consideramos hoy el cuento para niños en Venezuela, leamos este mosaico como una muestra representativa.
Los niños, con su espíritu de libertad y su inquieta sensibilidad darán las pautas finales. Comencemos con la lectura a disfrutar de esta aventura que nos llevará de las fronteras de lo posible y/a las de lo imposible con frescura inusitada.
Laura Antillano
2010

Leer a la orilla del cielo (2010) Compilación Laura Antillano.Antología de cuentos de autores venezolanos para niños.Fundación editorial El perro y la rana, Caracas.

martes, 22 de febrero de 2011

Armando Sequera, Laura Antillano y Luiz Carlos Neves

Feria de Libertador, cine venezolano y otros condimentos

La Alcaldía de Libertador llevó a cabo una verdadera fiesta del libro en los espacios de Los Caobos y la Plaza de los Museos. Entre libros, foros y música fue un placer reencontrarse, con amigos como el poeta Juan Calzadilla, los narradores Gabriel Jiménez Emán, Wilfredo Machado, Orlando Chirinos, Armando José Sequera y mucha gente más, conocimos a la ganadora del Premio del Alba de novela, bastante reciente, Sol Linares, excelente narradora trujillana, leímos a Julio Borromé con su ensayo sobre la promoción a la lectura, titulado: “Escritos desde el monasterio”, delicioso texto pleno de referencialidad. Había movimiento y entusiasmo que ponen en evidencia la energía creativa de Freddy Yañez, Inés Ruiz y todo el equipo de FUNDARTE, el concierto de Calle 13 y Buena fé convocado en el espacio gratísimo del Parque fue uno de los aciertos principales del evento. Armando José Sequera intentó convencerme de que conocía a las golondrinas por sus gestos en día en que intentan emprender el vuelo por primera vez.
El desparpajo, las ganas de decir, la música vibrante y esplendida y esa riqueza de la palabra en el relato, en la construcción de la historia nueva, flotaba en el ambiente. Vimos en el nuevo lanzamiento del Fondo Editorial de Fundarte Cuentos de última noche de Esmeralda Torres, escritora del Oriente venezolano, descubrimos un libro nuevo de Luis Alberto Crespo: Sé. “cuídame de la razón cuando me crea viajero del mundo siguiente”. Conseguimos las crónicas de José Roberto Duque “Del 11 al 13, testimonios y grandes historias mínimas de abril de 2002” y el ensayo de Monsonyi y Bracho:”El rescate de la sabiduría indígena ancestral como aporte a un mundo nuevo”. La lluvia de vez en cuando se hacía sentir en una garuita que tomaba cuerpo y después amainaba, como respetando el entusiasmo general.
Otros motivos de alegría por estos días tienen su referencia en la ola de aplausos que está levantando el cine venezolano, pienso que nunca antes tuvimos salas llenas, tan llenas como para que se agotaran las entradas por varios días, con relación a películas nuestras. Eso está ocurriendo en distintas ciudades del país con películas como la conmovedora “Hermano” de Raskin, acerca de quien ya hemos hecho referencia, la “Eva Habana” de la reconocida Fina Torres, esperamos ahora “Taita Boves” de Luis Alberto Lamata, la que seguramente tendrá mucha acogida en las salas nacionales, por su estupenda factura y ya disfrutamos de “Cheila, una casa pa Maita”, película que aborda un tema interesante , bien actuada y con un guión interesante. Cine financiado por el CNAC (Centro Nacional de Cinematografia) y la Villa del Cine. Apúrense porque las colas en las salas son cada vez más largas y las entradas se terminan.
La identificación del venezolano con su cine y su literatura de un modo más eficaz y emotivo me ha llevado a pensar en una escritora nigeriana, Chimamanda Adichié, cuya conferencia titulada El peligro de una sola historia, está circulando en internet con una rapidez inusitada, en la cual de un modo muy sencillo ella explica lo referente al descubrirse diferente frente al discurso hegemónico del invasor en el ejercicio mismo del poder. Su análisis es esplendido, didáctico y de una sinceridad espeluznante, búsquenla. Simultáneamente la escritora sitúa en la literatura la validación de una circunstancia, que manteniendo la dualidad entre realidad y ficción o creación, se convierte en un acto de “devolver” al otro lo esencial de su circunstancia, con más claridad que un espejo.
La Venezuela de hoy en el espacio de su singularidad y metamorfosis puede encontrar en la Literatura y el Cine soportes válidos de la experiencia de conocernos.
Y hasta dentro de 15 días.
Laura Antillano